Para la mayoría de los cultivadores de dacha, un montón de compost parece un proyecto de naturaleza pausada que tarda dos o incluso tres años en madurar.
Pero los métodos modernos permiten acelerar radicalmente este proceso, obteniendo el abono más valioso ya en otoño de este año, informa el corresponsal de .
Todo depende de la receta adecuada y de los cuidados oportunos. En efecto, el clásico montón «frío», donde todo se amontona, se pudre muy lentamente.
El secreto de la velocidad es crear las condiciones para que trabajen las bacterias aerobias, que para la vida desesperadamente necesitan oxígeno y un cierto equilibrio de materiales. Estos microorganismos calientan la masa desde dentro, quemando literalmente la materia orgánica.
La base del compost rápido se establece alternando entre capas «verdes», ricas en nitrógeno, y capas «marrones», que contienen carbono. Las primeras incluyen hierba recién cortada, peladuras de verduras y restos de comida, mientras que las segundas incluyen hojas secas, paja, ramas trituradas, cartón y serrín.
La proporción ideal es de 1 parte de verde por 3 de marrón. El tamaño de las partículas desempeña un papel muy importante: cuanto más finas sean, más rápido será el proceso.
Es mejor pasar ramas y tallos por una trituradora de jardín, mientras que el cartón y el papel deben romperse en trozos pequeños. La mayor superficie en contacto con las bacterias acelera mucho la descomposición.
El paso más importante que mucha gente ignora es triturar regularmente el contenido. Esto debería hacerse cada 10-14 días, sacudiendo completamente la pila con una horca a un lugar vecino.
Este procedimiento satura el compost de oxígeno, sin el cual las bacterias aeróbicas simplemente morirán y el proceso se ralentizará. El contenido de humedad de la masa debe ser como el de una esponja bien escurrida: no seca, pero tampoco húmeda.
En periodos secos, la pila se derrama necesariamente con agua, y en periodos lluviosos – se cubre con una película o una tapa, para que los nutrientes no sean arrastrados. Es fácil comprobar el régimen de temperatura correcto clavando una varilla metálica en el interior del montón.
Si está caliente al cabo de un par de semanas, entonces todo va según lo previsto. La falta de calor indica una carencia de nitrógeno o humedad, mientras que un olor desagradable a amoniaco, por el contrario, indica un exceso del mismo. Esto puede remediarse añadiendo componentes «marrones» y removiendo el contenido.
Algunos jardineros utilizan bioaceleradores especiales o infusiones de hierbas para que la fermentación sea aún más activa. Pero incluso sin ellos, siguiendo estas sencillas reglas, puedes obtener una masa oscura, desmenuzable y con olor a tierra del bosque en 4-5 meses.
Este compost no requiere maduración y está listo para su aplicación directa en los bancales. Este método hace que el compostaje deje de ser una espera pasiva y se convierta en un proceso activo e incluso emocionante.
Ver cómo un montón de «basura» orgánica se convierte literalmente en oro negro ante tus ojos es auténtica magia al alcance de todos. Demuestra que la rapidez y la calidad en jardinería son bastante compatibles.
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