La sal en la repostería dulce: no es una errata, sino el secreto mejor guardado de un pastelero

Un pastelero con muchos años de experiencia admitió una vez que su consejo más frecuente a los panaderos caseros suena casi absurdo: salar demasiado la masa.

n no bromea cuando dice que una pizca de sal puede resaltar toda la profundidad de un brownie de chocolate o las notas de caramelo de una galleta, según un corresponsal de .

Mucha gente ignora este consejo por miedo a que le salga una magdalena salada, y completamente para nada. La sal no funciona como un sabor en sí mismo, sino como un potente potenciador y modificador de la percepción. Suprime el amargor excesivo a la vez que acentúa el dulzor, haciéndolo más complejo y polifacético.

Sin este pequeño aditivo, incluso el chocolate de mejor calidad puede parecer plano y empalagoso. Imagínese las fresas con nata: sin una pizca de sal, el sabor sería plano y unidimensional.

Los químicos atribuyen este fenómeno a la capacidad de los iones de sodio para bloquear los receptores responsables de la percepción del amargor. El espacio que queda libre es ocupado por una sensación más viva de dulzor y sabor.

En la consulta del autor se dio un caso curioso cuando se puso por error una cucharadita entera de sal, y no una pizca, en la masa para el pan de especias con miel. El resultado no se estropeó, sino que fue sensacional: los invitados pedían la receta de «este pastel increíblemente picante y profundo».

El secreto es sencillo: la sal equilibraba el empalagoso dulzor de la miel y las especias. Para un resultado perfecto, es importante no sólo añadir sal, sino elegir el tipo de sal adecuado.

La sal marina gruesa se disuelve más lentamente, creando agradables inclusiones crujientes en galletas de chocolate o caramelos. La extra fina es ideal para galletas y cremas delicadas en las que es importante una textura uniforme.

Algunos profesionales van más allá y utilizan acentos salados ya en el postre terminado. Un ligero espolvoreado de sal marina sobre merengue o manzanas caramelizadas justo antes de servir crea un contraste impresionante.

Esta técnica da vida a la composición y hace que las papilas gustativas trabajen más. No tenga miedo de experimentar con distintos tipos de sal.

La rosa del Himalaya aporta un ligero toque mineral, mientras que la sal ahumada puede añadir una nota interesante a los postres con chocolate negro. La regla general es empezar poco a poco y asegurarse de probar la masa cruda antes de enviarla al horno.

La próxima vez que abras tu libro de cocina por la página de cupcakes, no pases de largo la línea de «pizca de sal». Puede que este ingrediente olvidado sea el secreto que convierta tu buena repostería en una gran repostería.

Tus postres adquirirán el perfil que distingue a las obras maestras culinarias de los platos simplemente dulces.

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