En los países asiáticos, donde la humedad alcanza el 80-90%, este método salva los cereales de la ranciedad y los insectos.
Las bajas temperaturas ralentizan considerablemente la oxidación de los aceites contenidos en los cereales, preservando sus propiedades nutritivas, según un corresponsal de .
Este método es especialmente pertinente en el caso del arroz integral y el arroz moreno, que contienen más aceites que las variedades blancas. En el frigorífico, estos cereales conservan su frescura varias veces más que a temperatura ambiente.
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Para guardarlos, es mejor utilizar recipientes de cristal o plástico con tapas herméticas, que evitarán la absorción de olores extraños. No coloque los cereales cerca de alimentos con olores fuertes, como pescado, carnes ahumadas o especias.
Incluso si has comprado un paquete grande de arroz que no piensas utilizar a corto plazo, no dudes en enviarlo a la nevera. Este sencillo paso te ahorrará la desagradable sorpresa de las polillas de los alimentos o el olor a rancio.
El método funciona con todo tipo de cereales y harinas, prolongando su vida útil sin pérdida de sabor.
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