Te das cuenta de que después de los conflictos hay un pesado silencio en el aire durante mucho tiempo, aunque ya se hayan producido reconciliaciones formales.
La falta de rituales elaborados para reconciliarse tras las disputas deja cicatrices invisibles que se acumulan con cada nuevo conflicto, informa un corresponsal de .
Los psicólogos subrayan que la calidad de las relaciones no viene determinada por la ausencia de conflictos, sino por la forma de resolverlos y recuperarse de ellos. La cultura de la disculpa no sólo incluye palabras, sino también acciones que ayudan a ambos miembros de la pareja a sentirse seguros y cercanos de nuevo.
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Los estudios demuestran que las parejas que han desarrollado sus propios rituales de reconciliación son mucho menos propensas a llevar los desacuerdos a peleas destructivas. Crear estos rituales requiere creatividad y consideración por parte de ambos miembros de la pareja.
Para algunos puede ser un abrazo durante cierto tiempo, para otros un paseo conjunto o cocinar una comida especial.
Una pareja ideó un «ritual del globo»: «meten» mentalmente su resentimiento en un globo y lo sueltan por el balcón, poniendo fin simbólicamente al conflicto. Estas prácticas funcionan como pegamento emocional, reparando el vínculo que puede haberse dañado durante el enfrentamiento.
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